Doctrina.
Del lat. doctrīna).
1. f. Enseñanza que se da para instrucción de alguien.
2. f. Ciencia o sabiduría.
3. f. Conjunto de ideas u opiniones religiosas, filosóficas, políticas, etc., sustentadas por una persona o grupo.
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San Luis Potosí, 17 de marzo
Espacio 2005
Ponencia de Guillermo González Guajardo (sensei)
Presidente de Taller de Empresa S.C.
Me gustaría empezar por decir que efectivamente la estabilidad macroeconómica nos ha costado mucho lograrla, y que es, definitivamente, una condición necesaria para nuestro desarrollo. Se dice que es una condición necesaria pero no suficiente, yo quiero platicarles qué es lo que podemos hacer cada uno de nosotros precisamente para aprovechar esta plataforma que a lo largo de mucho tiempo y con mucho trabajo, con el esfuerzo de hombres como el Secretario, se ha ido forjando en este país y que efectivamente da una plataforma para que México sea un país mucho mejor.
Yo soy Guillermo González Guajardo y debo de estar totalmente loco, porque me parece increíble que me pare aquí al lado de un Secretario, de un comunicador profesional, enfrente de un gobernador, en frente de 3 mil estudiantes y una cámara de televisión sin creer tener mucho que decir. Debo aceptar que ésto fue lo primero que me vino a la cabeza cuando Gastón me habló. Mi consuelo es que Gastón debe estar más loco que yo, porque él fue el que me invitó y Emilio Azcárraga más loco aún, porque él fue que aceptó. Pero después me la empecé a creer. Empecé a creer que sí tenía algo que aportar, que todos tenemos algo que aportar y en ese espíritu es que me propongo darles las siguientes ideas de cómo creo yo que este país puede ser mejor, de cómo este país, si yo logro hoy cambiarles a ustedes su vocación, este país puede ir adelante.
Hoy sé, y me lo propongo, que yo puedo cambiarlos a ustedes y ustedes también pueden cambiar el mundo.
Déjenme plantearles lo siguiente, el rumbo de toda familia, comunidad y nación es determinado por las personas que lo conforman. A lo que voy es que para saber que clase de país queremos es preciso determinar que clase de personas queremos que lo construyan, quiero pensar que en 1776, Jefferson y los demás firmantes de la declaración de independencia de los trece estados unidos de Norteamérica tenían claro qué tipo de nación querían forjar. Una construida en base a la valoración de la libertad individual. No era un concepto nuevo, entiendo que fue tomado de los pensadores continentales particularmente del británico Jhon Locke, lo que importa es que, propia o no, con la intención clara, o por los agravios de la soberanía que los oprimía, los fundadores de aquella nación, le dieron al clavo.
Lo importante, definieron, es poner el poder en el individuo y confiar en que éste es capaz de cambiar y de transformar el entorno en beneficio de él mismos, su familia, su comunidad y su país, inclusive el tipo de gobierno y el modelo económico, si cualquiera actuara en contra de este objetivo.
La propuesta fue sin duda alguna formar un país de emprendedores. Antes de seguir me gustaría entrar un poco más a definir que es un emprendedor, por qué? Porque no solo el empresario es emprendedor, para que esto funcione todos tenemos que ser emprendedores, emprender implica una acción que conlleva una actitud. Por ejemplo, emprender un viaje, la defensa de alguien, una reforma económica o comenzar a intentar. Así que me queda clara una cosa, que si tu eres artista, deportista, comunicador, político; si lo haces con ganas, con flojera, con creatividad, con innovación, o no; es esta diferencia de actitud, la que nos convierte en ganadores o en perdedores. Ahora la gran pregunta es si somos un México de emprendedores, y mas específico si son ustedes emprendedores.
Ésta va por los locos!!!
Por los que no encajan, por los rebeldes, por los buscaproblemas, los que ven las cosas de una manera diferente. Ellos no son aficionados a las reglas y no se conforman con el estatus quo. Puedes alabarlos, estar en desacuerdo con ellos, burlarte de lo que dicen, no creerles, glorificarlos o maldecirlos. Lo único que no puedes hacer es ignorarlos porque cambian las cosas.
Ellos inventan, ellos imaginan, ellos sanan, ellos exploran, ellos crean, ellos inspiran, ellos empujan a la raza humana hacia adelante. A lo mejor tienen que estar locos. ¿De qué otra manera al fijar tu mirada en un lienzo vacío logras ver una obra de arte? ¿O al sentarte en silencio escuchas una canción que nunca ha sido escrita? ¿O al contemplar un planeta rojo ver un laboratorio en ruedas? Nosotros hacemos herramientas para este tipo de personas. Mientras algunos ven la locura, nosotros vemos al genio, porque las gentes que están lo suficientemente locas para creer que pueden cambiar el mundo son las que lo logran.
Para proponer un México mejor necesitamos pensar en un mejor mexicano, un mexicano que piense diferente, un mexicano emprendedor. Sólo los emprendedores catalizan el cambio y logran transformar las cosas. Propiciar un buen ambiente para su desarrollo es trabajo de todos.
Este México emprendedor requiere de una Iglesia que nos enseñe a ofrecer y actuar, en vez de pedir y esperar, una sociedad que premie a los que intentan en vez de reprimirlos, empresarios que sepan compartir el éxito, gobernantes que entiendan que la soberanía se mide en base al potencial de generar oportunidades para sus nacionales, partidos políticos que siempre vean hacia delante, maestros que generen triunfadores en vez de fracasados y estudiantes dispuestos a ser criticados en vez de criticar, aportar en vez de exigir, a tomar su vida en sus propias manos en vez de delegárselas a alguien más.
En México hay emprendedores pese que a todo parece conspirar en contra de ellos. Y por éstos va doble. Ésto va por todos aquellos que no sólo inspiran, sino también a través de su ejemplo nos abren la mente y a través de su esfuerzo las puertas.
Por los 30 millones de migrados y los 10 millones de informales, por la veracruzana que dejó de hacer comedias para hacerla en Hollywood, por el chavo de la Del Valle que desde los 9 años se propuso dirigir cine, por aquél que lo precedió y lo ayudó, por los charolastras, que ni ellos se la creen, por aquellos embajadores de nuestro deporte en el extranjero, por el chavo de 29 años que hereda el grupo de medios de más importante de habla hispana y lo cambia radicalmente, por el que se aventó a transformar el entretenimiento en vivo en nuestro país, por los que nos pusieron los multicinemas, por el que salió del mercado y acabó comprando a las chivas, por el que nace pequeño y crece gigante, por el que nos unió a todos por una causa, por el que está dispuesto a defender los valores que le fueron sembrados, por el que propone un diálogo constructivo y diferente.
Esto va por todos aquellos que se la creyeron y lo lograron, por aquellos que a pesar de que les dijeron que la cosa estaba cabrona la sacaron adelante.
Por todos aquellos que no se dieron por vencidos, que libraron todos los obstáculos, que dieron una oportunidad en la adversidad y que hacen de lo malo, bueno.
¿Qué hace a todos estos seres extraordinarios?
De lo que he visto, cada una de estas historias se refiere a la búsqueda por la perfección, aún ni cuando éstos son perfectos o fueron perfectos.
Esta es Hillary Shuan, la niña que nació en un trailer para conquistar Hollywood, ya tiene dos Oscares ahora. ¿Cuál es la lección que me dejó? Insiste en tí mismo, tienes que empezar a creértela, tienes que confiar en tí.
La siguiente es Oscar Wilde. Este hombre cuando entró a Estados Unidos y el agente de migración le preguntó: ¿Usted tiene algo que declarar?, se voltea y le dice: “Sólo mí talento”. La lección es muy clara: Aprovecha tu talento, encuentra y aprovecha tu talento.
Peter Jackson, es un gran ejemplo de que sólo la pasión y la entrega son capaces de una realización como “El Señor de los Anillos”. Hay que desarrollarse en algo que disfrutes, porque vas a necesitar toda la energía. Más vale que estés contento haciendo lo que haces.
¿Y qué hay del español que moderniza el discurso de la izquierda en su país, permitiendo que, aquí, éste, les pegara? La lección que yo tengo de Felipe González es que hay que tener el valor de tomar retos.
Y de este tejano que se llama Michael Dell, que es exactamente de mi edad, como dos días mayor, así que me tengo que apurar, que revolucionó el modelo de negocios de Dell. Seguramente ustedes han visto las computadoras. Antes todos los fabricantes eran IBM, COMPAQ. Este chavo de Texas revolucionó el modelo de negocio y los ha quebrado a todos. La lección que obtengo es: Visualiza qué requieres para ganar.
O qué hay de Finn Nike, el fundador de Nike, el que basa absolutamente todo su producto en innovación: Tienes que ser creativo, tienes que innovar.
De Víctor Trujillo, de “Brozo”, el que detrás de una máscara desenmascara la corrupción: Persigue tu instinto.
De Bill Gates lo único es que algún día leí que, tuvo una frase muy buena que decía: “No te quejes de tus errores, aprende de ellos”
De Gary Player, el jugador de Golf, que de repente se lo encuentran tirando pelotas en la práctica, se le acerca un aficionada y le apuesta 100 dólares a ver si puede meter 3 al hilo. Evidentemente el señor se concentra, le pega una y va para adentro, le pega dos y va para adentro, le pega a tres y va para adentro. El aficionado se voltea y le dice: “¡Qué suerte tiene!” Gary Player, básicamente, después de exigirle los 100 dólares se voltea y le dice: “Sí, sí, ya me doy cuenta que entre más practico, más suerte tengo”. Entonces: Sé persistente y concentra tus esfuerzos.
Y adivinen quién es el jugador que más tiros ha fallado en la NBA. También el mismo que más puntos y más campeonatos tiene. La lección clarísima es que, “el que no intenta, no encesta” “Ten disciplina y una determinación implacable.”
O como ven a Steve Jobs, que después de haber inventado la computadora personal, lo corren de la empresa que fundó. Después de esto me imagino que se deprime un poco, va y transforma absolutamente todas las películas animadas, que ya no son animadas, ya son por computadoras; y después, los mismos que lo corrieron, van y lo recontratan para llegar a “Apple” de nuevo y transformar todo el mundo de la música con su “i-pod”: Trabaja duro y no esperes que el éxito te llegue de la noche a la mañana.
O el incansable Ben Hogan, de quién decían que no tenía “swing”, que probablemente el golfista con menos talento natural, pero que practicaba durante 3 horas y media antes de cada ronda. La lección es que hay que prepararse.
O de aquél que no se confía en su talento divino, en lo opuesto completa y totalmente: Siempre mejórate, sé competitivo.
Y que hay del que vence al cáncer para convertirse en uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos: Convierte la adversidad, en ventaja. No sé si conozcan la historia de Armstrong, pero el punto es que a los 22, 23 años era un ciclista mediocre, le viene el cáncer y lo adelgaza a tal grado que le da una ventaja competitiva tremenda y después de 3 años empieza a ganar “Tours” de Francia.
Y de la siguiente digan lo que quieran y opinen, pero México necesita más Hugos: hay que obsesionarse con ganar.
Y finalmente, ésta es mi favorita, de Tomás Alba Edison, de quien se dice que intentó 2 mil veces, antes de dar con la pequeña fibra que convierte la electricidad en luz, y que al ser cuestionado si había fracasado la misma cantidad de veces sólo contestó: “No, más bien me di cuenta 2 mil veces de cómo no funciona”
Así es que hoy, si me permiten sólo dejarles una lección, es la siguiente: “No fracasas, hasta que dejas de intentarlo”.
