Thursday, December 04, 2008

Sobre “la(s) izquierda(s)” en México

Según leí en la Wikipedia, los jacobinos, hace unos doscientos diecinueve años, aproximadamente, se reunían en un convento dominico en la calle de San Jacobo en París. Por eso los llamaron así en aquellos bullidos días prerevolucionarios en Francia. También los llamaban “montañeses” (je) porque cuando se realizaban las reuniones de La Asamblea, se sentaban en la parte más alta de la tribuna izquierda.

Los jacobinos fueron un grupo revolucionario extremo al que debemos, si no la ideología completa, al menos el mote de “la izquierda política”, aunque sólo fuera porque se sentaban a la izquierda (!). Fueron extremos porque pensaban, no sin algo de razón, que los parlamentarios, es decir, los representantes encargados de tomar las decisiones de la mayoría en una organización compleja a gran escala, como una nación, debían ser vigilados para no perder el rumbo original de la revolución. Y es que intuían que de pronto alguno podría comenzar a tomar decisiones racionalmente individualistas, o aliadas, da igual, que maximizaran su propio beneficio en lugar del común. Por ello no dudaban en usar la fuerza, cualquiera que fuera, para mantener el orden revolucionario, su orden revolucionario.

Se puede decir más sobre los jacobinos, e incluso sobre los dominicos, de quienes tomaron, no sólo de manera simbólica, sus bases ideológicas (ambos, en principio, se preocuparon por las clases más pobres de la sociedad) pero, por ahora, sólo nos sirve de pretexto para apuntar hacia un tema quizá más actual. ¿Se puede hablar de una “izquierda política” en México? No sé. Y no hace falta recordar que en estas pocas palabras sólo se podrá señalar una línea de reflexión, más que intentar resolver cualquier cosa.

A nivel simbólico (ojo, simbólico) “la izquierda política” mexicana está representada por un conjunto de partidos que encabeza el de la revolución democrática (siguen siendo revolucionarios como los jacobinos, no sé si montañeses, je, pero revolucionarios sí, aunque por otras razones que quizá discutamos luego). Los demás partidos “de izquierda, o al menos los que así se reconocen, son los pequeños Convergencia, el Partido del Trabajo y Partido Social Demócrata. Hoy, hacia el 2009 (año de elecciones intermedias), buscan unirse en coalición.

“Necesitamos ser una izquierda tenaz contra la derecha”, dicen, desde la tan peleada tribuna del nuevo mandatario del Partido de la Revolución Democrática. “Una izquierda constructiva para solucionar los grandes problemas del país”. Y lo que se les ocurrió, creo que la mejor estrategia posible, es unirse. Unir los esfuerzos políticos e ideológicos de izquierda. El problema es que con tantas posibilidades que existen de “hacerse a la izquierda”, honestamente, no creo que lo logren. Pero es un bonito sueño, guajiro, pero bonito.

Como obviamente ser de izquierda implica mucho más que ser zurdo o sentarse a la izquierda de cualquier padre, aunque por él no todo haya sido hecho, dedicaremos algunas notas de esta sección (las escritas por su amable y carismático servidor), Polivalencias, a reflexionar un poco sobre algunos de los principios de la tan desdibujada “izquierda política” actual. Quizá sólo en México, quizá en el mundo, ya lo iremos viendo. Por ahora basta decir, a manera de presentación, que lo escrito aquí no tendrá mayor compromiso que la “promiscuidad ideológica”. Ya hablaremos de ello con más calma en otra ocasión. En ésta, sólo resta agradecer y despedir. Agradecer porque aún hay personas que leen perdidas por ahí, y decidieron invertir valiosos minutos de su tiempo en la lectura de estas líneas. Y despedir porque no hay de otra, todo lo que empieza, en algún momento, llega a su fin. Por tanto, gracias y adiós (o, ¿a Dios? ¬¬).

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