Thursday, December 15, 2005

De mis desvaríos sociales..


Comentaba el otro día con el muchacho de lentes y anabelin algunos aspectos de mi forma de escribir mails que me han causado algunos tragos amargos en el trabajo. Todo por mi odio jarocho, pero bien jarocho, al pedestre sindicalismo, sus formas, y las costumbres que han dejado tan enfermo a este país.

Resulta que he tenido problemas en la chamba por mi manera de escribir mails. Creo que no es tan grave, al menos no debería serlo. De 12 personas, por decir un número, con las que he establecido una relación laboral via correo electrónico he tenido problemas con dos. Sexo masculino, 28-34 años de edad, baja autoestima en uno, demasiado alta en el otro.

Con los 10 restantes no ha habido mayor problema.

El primero de los problemas, sujetos, ha venido quejándose de mí casi desde que entré a esta chamba. Y me ha obstaculizado el trabajo todas las veces que ha tenido oportunidad. La verdad no sé cuál haya sido el problema con mis "formas" pero se ha quejado de que, desde el principio, mis formas de pedir las cosas no son las más amables. De hecho ha mencionado que le exijo el trabajo y que mis "formas" de pedir no son las más adecuadas para su sensibilidad. He revisado una y otra vez cada uno de los mails de los que se ha quejado y no encuentro cómo es que le he faltado al respeto. Y tampoco ha sabido explicármelo. Bueno, la solución ha sido, más burocracia, triangular mi comunicación con él a través de mi jefa. Todo lo que le tengo que enviar, se lo envío primero a mi jefa y ella se lo rebota. Ella está conciente de que el sujeto en cuestión exagera un poco con sus juicios, pero hemos optado por esta solución que lo único que hace es alentar los procesos y conseguir soluciones, más lentas, pero soluciones al fin.

El segundo de los problemas, sujetos, es un cuate con el que no pensé tener este tipo de problemas porque es más mamón que yo. A lo mejor por eso son los problemas. Bueno, el sujeto #2 tiene un trabajo pendiente conmigo. En nuestro primer intercambio de mails me informó, muy seriamente, que tendría el trabajo listo en 7 días hábiles. Siete días hábiles. Siete. Hábiles. Chale, esta respuesta sí me prendió, debo aceptarlo, porque es la respuesta más burócrata que puedas encontrar. Además deben saber que odio los fines de semana por esta razón, por la "habilidad" de los días. Por qué la gente tiene que dar plazos tan estúpidamente largos. Por qué no me dijo en 12 días, sin el mentado "hábiles", o mejor aún, en dos semanas. Si hubiera sido ésa la respuesta quizá no me hubiera predispuesto a contestarle lo siguiente, justo al octavo día hábil sin noticia alguna de su trabajo:


Estimado XXXX,

El motivo del presente es preguntarte si está listo el desarrollo de la adaptación del directorio al formato del portal. Han pasado ya 7 días hábiles desde tu correo anterior, sin contar el 12 que los trabajadores sindicalizados no trabajaron, no sé si tú seas sindicalizado, pero lo resté de la cuenta. Hoy es el octavo y espero puedas informarnos sobre el estado de este trabajo.

Gracias por tu ayuda! y espero tu respuesta.

A juicio del de lentes y anabelin estaba de más hacerle saber que le estaba contando los días y lo del sindicato. Debo admitir que dichas palabras salieron con pleno conocimiento de causa de mis deditos de robot. Por lo que puedo aceptar la responsabilidad de la respuesta que me envió:


Chispoteado,

No soy sindicalizado, soy Subdirector. Se le informará a YYYYY cuando el desarrollo esté concluido y validado, ya que tenemos programado trabajo de mayor relevancia para el Instituto. Teniendo en consideración la recomendación de YYYYY sobre que debe prevalecer la calidad del trabajo no importando el tiempo destinado, hemos tenido que aplazar el
desarrollo para destinarle la atención debida.

Atentamente XXXX

He omitido los nombres por obvias razones, lo único que deben saber es que las YYYYY del mensaje representan a mi jefa. Como verán, en pocas palabras, el prestigiado Subdirector me mandó por un tubo con esta chamba que de verdad es urgente y que está parada desde abril. Yo entré a este trabajo en septiembre y apenas me encomendaron sacar adelante esta onda. Después de una reunión pensé que todo saldría a pedir de boca con el dichoso Subdirector. Pero pues creo que no.

En lo personal considero que su reacción fue exagerada y motivada por los conflictos de años atrás que tiene con mi jefa. Y yo estoy entre fuego cruzado como carne de cañón porque el dichoso Subdirector es el único que puede resolver esta onda.

El punto es que mi jefa me ha reclamado ya dos veces que mi "tono" al pedir las cosas por mail no es lo suficientemente amable y en lugar de sumar, resto. Debo aclarar que el de ella, a veces, tampoco huele a rosas y despide amabilidad, sino todo lo contrario.

El de lentes, anabelin y mi jefa realizaron juicios parecidos y me dieron los siguientes consejos:

a) No incluir, en mis correos electrónicos, opiniones personales que evidencíen mi animadversión y odio jarocho a la huevonada mexicana, resultado del cáncer sindicalista.

b) Ponerme en el lugar del lector y tratar de juzgar desde su perspectiva mis palabras.

c) Utilizar, si se puede, el teléfono para hacer ese tipo de solicitudes. Es un medio mucho más personal y menos propenso a las ambigüedades propias de la comunicación escrita y electrónica.

Son buenos consejos, debo admitir. Trataré de seguirlos. Pero lo que debo dejar bien claro es que si además de esto tengo que modificar mi "forma" de pedir las cosas, que me ha resultado tan efectiva en muchos, MUCHOS, casos, sólo por que la mexicanidad burócrata es hipersensible a mis desvaríos autoritarios y tecnócratas, pero honestos y francos, no, sí leyeron bien, NO lo haré. No aceptaré en ningún momento dejarme llevar por la huevonada mexicana.

Es en estos casos cuando pienso con más fuerza "Pobre México, tan jodido y tan agusto revolcándose en el lodo". Estamos mal como país. Y ningún gobernante podrá resolverlo mientras sigamos viviendo con ese cáncer que nos come las ganas. Ese maldito sindicalismo al que nos acostumbraron tanto tiempo.

En fin, lo que sí sé es que prefiero mil veces seguir mi vena empresarial, ser mi propio jefe y poder deshacerme de todo aquel que no cumpla las funciones de su puesto antes de someter mi espíritu a un trabajo, que, por mejor pagado que sea, exige muchas más cosas de mí de las que estoy dispuesto a dar.

No sé qué tan creyentes de algo sean ustedes pero yo a veces le creo a la astrología, a veces a la china, a veces a la griega y muy poco a la maya porque no he conocido a alguien fiable que la profese. De cuando en cuando me percato de que muchas veces existen casualidades muy casuales en la interpretación de los astros y las vidas de los humanos. Por ejemplo, hoy mi horóscopo decía:

"La decisión está en tí sagitario, es bien sabido que sagitario prefiere ser libre/pobre que atado/millonario. Piensalo bien, la decisión está en tí, eres como un Quetzal ¡si te encierran morirás!"

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